Para nadie es desconocido que nuestro planeta se está poblando a pasos agigantados, y esa población en gran medida suele concentrarse en grandes zonas urbanas, implicando con ello un serio problema de planeación sobre la adecuada utilización y distribución territorial para que la población pueda establecer sus viviendas, y así les emerja un mínimo de estabilidad que les permita desenvolverse en un estado social digno.
Según el artículo 4to párrafo sexto de la constitución política de los estados unidos mexicanos, toda persona tiene derecho inalienable, consagrado a grado de garantía individual, a una vivienda digna y adecuada a sus necesidades, dejando en manos de leyes generales, federales, reglamentos, etc., el valor de los lineamientos aplicables y concretos para cada caso especial.
Es común encontrar en nuestro México urbano, en su gran mayoría, viviendas pequeñas, que no cuentan con un espacio suficiente para un adecuado esparcimiento familiar, en donde el área destinada a la célula social, que por regla general pertenece al status social medio-bajo a bajo, no rebasa una superficie de 5 por 10 metros de suelo, originando viviendas multifamiliares que generan hacinamientos con problemas como la escasez de agua potable, inseguridad, falta de transporte urbano, escuelas, hospitales etc.
Organismos gubernamentales creados para planificar el rubro relativo a la vivienda y de dotar créditos para la obtención de la misma como es el infonavit, fovisste, etc., se han visto rebasados por la falta de una verdadera y adecuada política de planificación urbana, así como por la creciente demanda de casa habitación y lo barato para ello.
Debido al aumento en los asentamientos humanos, cada año se cortan 16 millones de hectáreas de bosque.
El crecimiento acelerado de las poblaciones humanas ha propiciado la destrucción de los hábitats naturales para muchas especies. La gente invade los hábitats de esas especies, desplazándolas a lugares inhóspitas y condenando a las especies nativas a la extinción masiva. La tasa presente de la extinción es 10000 veces más rápida que la que ocurre en forma natural.
Cerca de 5 millones de personas mueren cada año por enfermedades asociadas con los desechos orgánicos. Las necesidades de agua aumentarán a 20 % en el año 2025. Desde 1900 se ha perdido la mitad de los mantos acuíferos mundiales.
La capa de Ozono ha sido arruinada gradualmente por el efecto de los CFCs (Cloro-fluoro-carbonos). La concentración de CFCs ha aumentado conforme al crecimiento de las poblaciones humanas, y el espesor de la capa de Ozono ha disminuido al punto de que se ha formado un hoyo en dicha capa.
Diariamente, las comunidades humanas densas producen toneladas de desechos sólidos (basura orgánica e inorgánica), consumen grandes cantidades de energía y emiten más agentes contaminantes al ambiente.
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Me gusta el diseño, ¡enhorabuena!
ResponderEliminarFalta la actividad 3.
saludos
Tania García
tgar70@gmail.com